La Basílica de Montserrat es un lugar de peregrinación muy popular en Cataluña. En el interior del monasterio, se encuentra un claustro neorrománico construido en 1925 por el arquitecto modernista Josep Puig i Cadafalch. Este recinto frío y húmedo, que no es visitable por los laicos, fue creado con la intención de que la comunidad benedictina pudiera desplazarse de un lugar a otro del monasterio lejos de las miradas indiscretas.
La estructura sobria y contundente, con dos pisos de arcos creados de ladrillo por columnas de piedra y vigas de madera, está cerca de cumplir su primer siglo de vida con buena salud. Excepto por una de las alas que en el año 2000 sufrió, como gran parte del monasterio, los efectos devastadores de una inundación tras una lluvia torrencial que llevó a evacuar incluso a la mayoría de los monjes.
La Historia del Claustro Neorrománico de la Basílica de Montserrat
El claustro neorrománico de la Basílica de Montserrat fue diseñado por el arquitecto modernista Josep Puig i Cadafalch en 1925. La estructura, que tiene forma rectangular, está ubicada en el interior del monasterio y fue creada con la intención de que la comunidad benedictina pudiera desplazarse de un lugar a otro del monasterio sin ser vistos por los laicos.
El Diseño del Claustro
La estructura del claustro neorrománico de la Basílica de Montserrat es sobria y contundente. Tiene dos pisos de arcos creados de ladrillo por columnas de piedra y vigas de madera. El claustro comunica el refectorio con el edificio donde están los novicios y la escolanía, y los monjes lo cruzan, al menos, tres veces al día.
La Restauración
En el año 2000, una inundación causada por una lluvia torrencial afectó al claustro neorrománico de la Basílica de Montserrat y a gran parte del monasterio. Desde entonces, se han realizado trabajos para restaurar la zona afectada del claustro. Los principales trabajos consistieron en eliminar las humedades de este lugar sombrío, restaurar las vigas de madera afectadas por las termitas (el 70% del total) y recuperar el bello suelo original de losetas de 10 por diez creados por Puig i Cadafalch con hormigón en forma de espiral y líneas paralelas.
La Restauración del Pavimento en el Atrio
El atrio de la Basílica de Montserrat tiene una especie de comunidad de vecinos con balcones en tres de las fachadas construidas en el siglo XVIII por un ingeniero militar que envuelve la fachada principal de la basílica. Aquí el desgaste lo producen los más de dos millones de personas que la visitan cada año, produciendo la erosión del sueño de mármol cuyo diseño data de los años 50 del siglo pasado e imita la plaza del Capitolio de Roma.
La renovación del suelo, mediante la reposición de las piezas dañadas, posibilitó la eliminación de las barreras arquitectónicas de acceso, consistentes en varios escalones, al instalar una rampa central suave debajo de los porches. Asimismo, se procedió a la limpieza de las serigrafías y esgrafiados de las paredes, que datan de los años cincuenta y recrean columnas salomónicas de Josep Obiols y motivos religiosos del monje Benet Martínez.




